lunes, 8 de febrero de 2010

¿¡Que los catalanes se quejan de los árbitros!?

Descartado enumerar tan siquiera unas cuantas de entre las últimas jugadas en la que los árbitros clamorósamente beneficiaron al Barça, puesto que hay tantas, que ese trabajo se ha vuelto tedioso.

Menos mal que resaltó, porque de lo contrario, igual pasa como con la entrada de un españolista por detrás a Guti, que le dejó marcados los tacos de las botas en su gemelo izquierdo, pero el árbitro hizo como que no lo vio. No, esta vez hubo suerte y una entra a destiempo, durísima, pero sobre todo, muy escénica, obligó al árbitro a mostrar tarjeta roja directa a Gerard Piqué.

Y ya tenemos "montao" el lío en toda Cataluña. Cuando la Liga en pleno, menos ellos claro, claman por el descarado favoritismo de los colegiados hacia el Barça; primero (como la madre del soldado con el paso cambiado dentro del pelotón) imaginan una confabulación para meterles presión y desestabilizar su equipo; y segundo, ahora con la tarjeta (ya lo dice el refrán: No hay mejor defensa que un buen ataque.) quieren morir atacando, y se quejan amargamente de los árbitros.

Montan la "gorda", se hacen los mártires, y aunque el público en general y los demás dirigentes y equipos no saben si reír o llorar, lo cierto es que puede pasar cualquier cosa con Ángel María Villar al frente del asunto.

Como ya se ha dicho en anteriores post, no se fíen de la RFEF (Ángel María Villar) puesto que puede pasarse la lógica y posible comparación entre el caso CR9 y el de Piqué por el "forro de sus partes nobles", en caso de disponer de ellos pues, sin ánimo de ofender, la duda es políticamente razonable mientras no se hagan públicos dichos atributos.

Otra semana repleta de lloriqueos catalanes, de confabulaciones para desestabilizarles, de ataques a los árbitros (con lo que se suman a la fiesta). "Semanita" la que les espera a los miembros de la RFEF. Claro que esto lo resuelve su "presi" con un carpetazo en la mesa, y "tos callos, coño".

Veremos como termina, pero, "el Señor nos pille confesaos".

¡Hala Madrid!

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