La reválida al título de Liga la tiene este fin de semana, ante el Atlético de Madrid, este Barça tan laureado. Aunque las dos siguiente jornadas, ante Racing y Málaga respectivamente, no le van a la zaga. Los del Racing, porque las semifinales de la Copa del Rey los mantiene en gran estado físico y podrían dar la campanada; y el Málaga, porque está demostrando que juega igual fuera que en casa, y está siendo un equipo que saca puntos a priori complicados de conseguir. En definitiva, se le presenta un febrero complicado a los catalanes.
Hay quién se vanagloriaba del triunfo con un jugador menos, por la mínima, del Barça sobre el Getafe. Sin quitarle mérito al triunfo, no veo porqué echar las campanas al vuelo, cuando era muy previsible la victoria finalmente conseguida. A lo sumo, y a mi parecer se lo mereció el Getafe, habría conseguido un empate. Una gran sorpresa habría sido un triunfo del Getafe.
Volviendo al encuentro de este fin de semana, al Clásico Atl. Madrid-Fc. Barcelona que ya de por sí solo es un derbi de buen fútbol y goles, hay que sumarle la imperiosa necesidad de conseguir algo verdaderamente grande para los madrileños, y entrar en un estado de tranquilidad que se hace impensable en estos momentos.
Cabe preguntarse si los catalanes les perdonarían la "puñalada en la espalda" a los madrileños, si estos les sacan los tres puntos en juego y dan la oportunidad a su rival más odiado para ambos, el Real Madrid, de ponerle el aliento en el cogote al Barça. Su afinidad común y conciliadora de estos dos equipos de tan distintas y lejanas ciudades, su antimadridismo, toma un papel de protagonismo en un encuentro marcado por la necesidad de ambos "hermanos" de conseguir la victoria.
Sea como fuere, se presenta un encuentro atractivo de ver y disfrutar. Y sea como fuere, valga la redundancia, cualquier resultado será positivo para sus afines enemigos los madrisdistas. Paradojas de la vida.
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