Para triunfar en el Madrid hay que ser un super-hombre además de un gran futbolista. Algunos necesitan algunas temporadas para sacar ese super-héroe que llevan dentro, y solo los elegidos como Cristiano Ronaldo son capaces de hacerlo en tan solo unos pocos meses, además hacerlo en tiempos en los que el antimadridismo está más de moda, que el sexo libre o que eliminar cualquier signo religioso de nuestra sociedad, es de un mérito que roza lo divino. ¡Viva la madre que lo parió!
Cuando el mundo antimadridista estaba a la espera de aumentar la distancia del líder de la Liga después de ganar a un mermado e inexistente Racing, el Madrid va y da un recital de fútbol y le mete media docenita de goles a un buen conjunto, el Villarreal, que hizo lo que pudo, pero que tenía poco que hacer contra este Madrid de Pellegrini.
Mucho se ha escrito y dicho esta semana de cambios de entrenador, que si no juega con bandas, que bla bla bla, hasta se ha llegado a decir que si Cristiano provoca al contrario con su forma de jugar... ¿Habrá se oído memez más grande? Merece la pena pagar el precio muchas veces desorbitado de le entrada de fútbol, tan solo para ver jugar a este chico. Incluso el mismísimo Zidane se siente por detrás de este portento, y se considera más Kaká. Dando ejemplo de la humildad que procesa esta leyenda, hay que decir para ser justos, que Zidane está entre Cristiano y Kaká, pero bastante más adelantado de Kaká de lo que él mismo se siente.
Además de sentir la satisfacción del trabajo bien hecho, al Madrid le espera una semana tranquila y placentera. Todo lo contrario que le espera al Barça, por muchos esfuerzos que realicen para disimular lo contrario. La Liga de Campeones les puede devolver a la cruda realidad.
¡Hala Madrid!
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